viernes, 29 de marzo de 2013

RETORNO AL FUTURO

Diego A. Manrique
El País24/03/2013


Aviador Dro y sus obreros especializados

La celebración, el pasado viernes, del Segundo Simposium Tecno enfatiza una peculiaridad de la llamada movida. Se nos ha vendido como un frenesí de creatividad, especialmente musical, pero se mantiene en secreto que, estilísticamente, estaba muy limitada: pop de guitarras y poco más.

Una idea del pop filtrada por la new wave británica, apenas ampliada por algo de after punk. Reserven un rinconcito para mods y rockers, hagan las excepciones correspondientes para algunos heterodoxos, y paren de contar. Grupos modernos como Zombies y la primera Radio Futura no duraron.

Se ignoraban tendencias emergentes: el tecno pop, la cold wave. Y no hablemos del rupturismo de la no wave o las mutaciones del funk, incluyendo el rap. Conservo en la memoria el estreno de mi programa en Onda 2. Como lo bauticé Primera Línea, los locutores de la emisora se congregaron en el estudio imaginando que estaría dedicado al reggae (el concepto frontline era popular en el Caribe, como evidenciaba un éxito de Eddy Grant y la subsidiaria jamaicana de Virgin). Una extravagancia, pensaban, pero asumible. Cuando descubrieron que allí sonaban Cabaret Voltaire y Fela Kuti, Kraftwerk y Grandmaster Flash, los presentes cambiaron de color. Literalmente.

Hacia 1981, el programa tuvo efectos colaterales. Comencé a recibir —¡en mano!— maquetas de formaciones que trabajaban con máquinas. Desde los inclasificables Derribos Arias a los ruidistas Esplendor Geométrico, pasando por Oviformia Sci y El Humano Mecano. Eran mirados con desprecio por aquel personal de la emisora que obedecía al lema de “pop puro para la gente de ahora”. No quiero ni imaginar qué ocurría cuando se acercaban por otras FM del momento, como Radio Juventud (el dial del fenecido Movimiento) o Radio Popular (hoy Cope).

El 9 de marzo de 1981, varios de aquellos grupos actuaron en el Primer Simposium Tecno, en la sala Marquee, el sótano de lo que luego sería Rock-Ola. Me parece que lo promocioné con ardor desde Primera Línea, estoy bastante seguro que el resultado fue algo deprimente. Se notaba una falta de medios, que no lograba disimular el entusiasmo de los participantes. Me he reservado a los más visibles entre los participantes: Aviador Dro y sus Obreros Especializados.

Al frente, Biovac N, un visionario con sentido comercial, una maquinaria de teorizar potenciada por una fe indestructible. Un voluntarista que logró captar el zeitgeist al pilotar en 1982 el obligado desplazamiento de los grupos hacia los sellos independientes. Y flexible, además: solo él pudo saltar desde la confrontación con Rafael Revert, el todopoderoso capo de la radio musical, a la plena colaboración con su cadena.

Con el empuje de Biovac N (en el DNI, Servando Carballar), asombra pensar que aquella estética no despegara comercialmente. No solo estaba la infraestructura y los apoyos mediáticos: los Obreros contaron con canciones tan seductoras como Programa en espiral o El color de tus ojos al bailar. Incluso segregaron un proyecto paralelo más experimental, Los Iniciados.

¿Qué falló? Uno de los axiomas del pop sugiere que cualquier oleada necesita al menos una figura que triunfe y que consiga tracción para el resto del movimiento. Con el tecno pop español ocurrió que los verdaderos creyentes fueron eclipsados por impostores. Seamos más específicos: Azul y Negro tenían el sonido pero carecían de credibilidad o actitud. Y el paquebote Mecano: una aparente propuesta tecno que, en realidad, se alimentaba de la estética del prog rock (Nacho) y el mundo poético de los cantautores (José María). No me olvido de Chimo Bayo, aunque ahí entramos en los noventa.

Treinta y dos años después, ¡la continuación del Simposio Tecno! Con mesas redondas y conciertos de nuevas propuestas combinadas con presentaciones de supervivientes. Alguien dirá que el tiempo les ha arrollado: España baila con una música llamada techno que solo tiene parentesco metodológico con su tecno pop. Asombrosamente, no hubo lloriqueos ni acusaciones, tan habituales en cónclaves semejantes. Al menos, la segunda edición logró desplazarse hasta el centro de la capital: el (ejem) flagship store de Movistar y la Sala Sol. El que no se consuela no es un buen futurista.

"Teletipo" de Oviformia Sci

miércoles, 20 de marzo de 2013

AL MOTOR MARAVILLOSO por Juan Parra del Riego

[Biografía de Juan Parra del Riego aquí]

Yo que canté un día
la belleza violenta y la alegría
de las locomotoras y de los aeroplanos,
qué serpentina loca le lanzaré hoy al mundo
para cantar tu arcano
tus vivos cilindros sonámbulos, tu fuego profundo
¡oh, tú, el motor oculto de mi alma y de mis manos!

¡Qué llama enloquecida se enreda en tus fogones
y hace girar la rueda líquida de la sangre
y atiranta las poleas de los músculos
para mecer los columpios súbitos de las sensaciones,
cuando corro, beso anhelo, callo, sufro, espero, miro,
salta mi alma en una loca carcajada,
floto en sedas de suspiro
o en el charco solitario de la sombra en que me estiro
se me copia el corazón como una estrella desolada.

¡Y qué electricidades
se me van por los alambres calientes de los nervios
hasta el cerebro, caja de las velocidades
azules y negras y rojas de todos los sueños...!
Zumba la turbina sutil de hondos dolores
y saltan imágenes,
y hacia donde ya no alcanza el ojo triste
con sus sedientas ruedas de colores
corre el tren de las imágenes...

Y qué émbolos oscuros se agitan sin cesar,
y qué carbón jadeante de soles escondidos
te hacen andar
a todo vapor, a todo vapor,
cuando se me hincha el corazón de una salvaje alegría,
o se me quiere romper de dolor
y de melancolía.

Motor humano: tú eres
la única maravilla de este mundo doloroso,
por tu inmortal prodigio: el beso de las mujeres,
el pensamiento firme y armonioso,
la palabra que salta rotunda, patética y viva,
por la célula furtiva
que trabaja en sus telares nuestro ritmo misterioso;
teje un día la Esperanza,
otro día el Sufrimiento,
otro día la Alegría.
Yo siento
cuando queda tensa y viva sobre mi alma la Energía.
¡Motor de la explosión de toda la vida mía!
¡Hondo motor que hace mi cólera y llanto
mi callada pasión y mi fuerza y mi canto,
más ligero,
más ligero,
con la carga de esperanza que es única conquista:
tú, la máquina del único sendero sin sendero;
yo, tu alado y sangriento maquinista!


De Himnos del cielo y de los ferrocarriles

Calle de Barcelona por Rafael Barradas

viernes, 15 de marzo de 2013

DE LA RADIO por Adriano del Valle

[ADRIANO DEL VALLE ROSSI nace en Sevilla el 19 de enero de 1895. 

Hijo de un asturiano afincado en Sevilla, Adriano del Valle y de una sevillana de origen francés, Amalia Rossi, tuvo que abandonar sus estudios a la edad temprana de dieciséis años para ayudar a su padre en su empresa de fabricación de juguetes. «Pero su inquietud literaria que era ya por entonces muy clara –nos dice su hijo–, le inclinaba a leer continuamente. En uno de sus muchos viajes en tren, Adriano encontró algo que para él sería importantísimo: un libro de poesías de Rubén Darío, “Cantos de Vida y Esperanza”.

Su vocación poética descubierta a través de la lectura de dicho libro, le llevó, entre mediados de los años 10 y 1936, a recorrer el modernismo, el ultraísmo y el surrealismo. Conoció a Federico García Lorca en 1916 y fundó en Sevilla, en 1918, la revista "Grecia", y posteriormente junto a Fernando Villalón las revistas "Papel de Aleluyas" (Huelva) y "Santo y Seña" (Madrid). Recibió el Premio Nacional de Poesía en 1933 por "Mundo sin tranvías". Escribió su primer libro en Écija entre 1920-23, pero no lo pudo publicar por falta de recursos, por eso Gerardo Diego no lo pudo incluir en su "Antología de la Generación del 27. 

Cuando cambió los juguetes por la maquinaria el poeta vivió con una alegre independencia económica, pero viajaba de pueblo en pueblo y de cortijo en cortijo ya que tenía que mantener a siete hijos, seis niñas y un varón. Aunque según palabras del propio poeta , “si es fama que los ángeles ayudaban a San Isidro a labrar el campo no es menos cierto que a mí me ayudaban los ángeles buenos a vender mis máquinas para que tuviera tiempo para amar a los míos”. 

En 1934 se publica su primer libro "Primavera portátil". Pero fue al llegar a Madrid cuando pudo dedicarse por entero a escribir. 

Adriano del Valle es, esencialmente, un lírico. Su obra, bien extensa, es obra poética. Es decir, en verso. No obstante, en ocasiones, escribe artículos para los periódicos que, en el fondo son, en realidad, poemas en prosa. 

Adriano del Valle muere en Madrid el día 1 de octubre de 1957.

(Tomado prestado de Poetas Andaluces)]



Revista Grecia, nº 33, 1919

lunes, 11 de marzo de 2013

MURCIÉLAGO por Manuel Navarro Luna

[Datos biográficos de Manuel Navarro Luna aquí]


aquella
              mujer
              lavaba
              su angustia

en el río
de 
      la
      taberna

                      dos fuertes
                      nadadores
                                          cogiéndola
                                          por los cabellos

la
arrojaron
al
fondo

                          el murciélago
                          de la noche
                                                  fumaba en la pipa
                                                                                  
                                                                                   del
                                                                                   día


Luminiscencia por Ivan Alexeevich Kudriashev