domingo, 27 de noviembre de 2011

POLO SUR por Hugo Mayo

[Poeta en motocicleta, Hugo Mayo, un autor de vanguardia

Jorge Martillo Monserrate para El Universo, 18/05/2008


En honor a la verdad, Hugo Mayo jamás fue motociclista. Pero sí dirigió la revista Motocicleta. Nació en Manta el 24 de noviembre de 1895, bajo los nombres de Miguel Augusto Egas Miranda. Recién en 1921 nació en el mundo de la poesía como Hugo Mayo, seudónimo que formó con las palabras Hugo, en honor al escritor francés Víctor Hugo, y Mayo, por el mes de la primavera europea.

Como escritor está signado por el misterio y la leyenda. Tal vez porque sus versos no son de lectura fácil. En el Ecuador de los años veinte, mientras los poetas aún militaban en el posmodernismo, él –entre 1919 a 1933- transita en la onda vanguardista. Posteriormente su poesía también será nativista y de corte social.

Antes, en 1916, su hermano, el poeta José María Egas, y José Falconí Villagómez crean la revista literaria Renacimiento. Miguel Augusto estuvo relacionado con los poetas modernistas de esa revista. Fue cuando hizo amistad con el jefe de redacción, Medardo Ángel Silva.

Un día envió dos de sus poemas vanguardistas, pero firmados como Hugo Mayo. El consejo de redacción de Renacimiento no los publica sospechando que eran plagiados de algún poeta foráneo.

En cambio, revistas extranjeras dan cabida a sus versos, fue el caso de la revista Cervantes, de Madrid. Mientras acá los escritores se preguntaban si ese Hugo Mayo que publicaba en Europa era el mismo que había intentado hacerlo en Guayaquil. Hasta que, para asombro de todos, se supo quién estaba tras el seudónimo de Hugo Mayo. Entonces sus poemas aparecieron en las revistas y los periódicos nacionales. Fue cuando los críticos lo tildaron de loco.

Definitivamente al poeta no le iba bien con el destino de sus versos. En 1922, con 15 poemas decide publicar el libro El zaguán de aluminio, pero en la imprenta se extraviaron los originales. El poemario fue publicado 60 años más tarde.



Al inicio del texto, Hugo Mayo agrega la siguiente nota: “Los verdaderos originales de El zaguán de aluminio se perdieron hace mucho tiempo. Lo que más recuerdo de esos poemas está aquí. Si algún hipócrita lector guarda copia de esos antiguos versos, que me perdone la infidelidad, es cosa de la memoria, de los años y también del destino”.

En el prólogo del tardío poemario, Jorge Velasco Mackenzie afirma: “Acercarse a la poesía de Hugo Mayo significa tomar contacto con un universo poético signado con el desafío”. Mayo, además, fue fundador de las revistas Síngulus y Proteo. Pero la única vanguardista fue Motocicleta, que tenía como finalidad “chocar con los antiguos moldes modernistas”. El primer número se publicó el 10 de enero de 1927, bajo el subtítulo “Índice de poesía vanguardista. Aparece cada 360 horas”. O sea, cada 15 días. Aunque el segundo número salió al año siguiente.

En el libro Literatura, autores y algo más, al ser entrevistado por Carlos Calderón Chico, en 1981, Hugo Mayo refiere: “Después fundé Motocicleta yo solo. El primer número no tenía, se puede decir, casi ningún valor; eran poetas nuevos aquí, que se iniciaban, como Humberto Mata Martínez, Camilo Andrade; después encontramos colaboraciones de Francia, España, América. Eso me ayudó mucho. Desgraciadamente, de esta revista no conservo ningún número, tampoco se la encuentra en bibliotecas del Ecuador. Salieron cuatro números de Motocicleta, sacaba algunos cientos, tenía con mucho esfuerzo que mandarla al exterior”.

Por esas cosas de su azaroso destino, el primer libro Poemas de Hugo Mayo fue recién publicado en 1976, cuando el poeta tenía 81 años. Luego vinieron El zaguán de aluminio, Chamarasca, 1984. A más de los folletos El Regreso, 1973 y El puño en alto, 1992.

En honor a la verdad. Hugo Mayo jamás fue motociclista. Tanto así que era caminando por Guayaquil cuando le surgían los versos. Él mismo declaró a Calderón Chico: “He tenido la costumbre de que andando, caminando se me venía una idea, un verso, inmediatamente lo anotaba en mi libreta, muchas veces me despertaba de madrugada, se me venían ideas y también las apuntaba, así concluía mis poemas”.

El estudioso Rodrigo Pesantes Rodas, en su libro Del vanguardismo hasta el 50, refiere que Miguel Augusto Egas Miranda desde 1933 desempeñó cargos burocráticos de menor importancia. Además, fue viudo por partida doble. Hasta que el 5 de abril de 1988, a sus 93 años, solo y abandonado, lo sorprendió la muerte en el hospital del IESS. En la capilla ardiente en honor al poeta, Pesantes Rodas expresó: “Miguel Augusto Egas Miranda ha muerto, no así Hugo Mayo”.]



desfilar de todos los hombres
y yo el único
el de la estrella al sur
con mis viajes en número cinco
sin conocer los puertos
haciendo en el mar los barcos ilusiones

para salir lejos
cibicando los bolsillos desolados
y con muchos luceros en los dedos de mi izquierda
completamente sin ver las auroras
hasta conseguir tu luna

porque yo no tengo caballos
y siempre voy a galope

soy el de los arcos luminosos
que rubricará la noche
aunque ahogué el collar de otro navegante
que regalaba flechas

con la figura de los recuerdos
tengo mi faro en el horizonte
y mandaré las estrellas
hacia las islas de los que no quisieron seguir

y con mis arcos luminosos
llegaré al final.
el único
el de la estrella al sur.

Guayaquil

Grito de Oswaldo Guayasamín

lunes, 21 de noviembre de 2011

GEOMETRÍA FRACTAL (documental)

El cubismo está en la naturaleza...

Parte I




Parte II





Parte III




Parte IV




Parte V



martes, 15 de noviembre de 2011

CANTO PROLETARIO por Magda Portal

[Magda Portal, mujer insigne

Por Linda Lema Tucker
Diario La Primera


Magda Portal (1900-1989), de espíritu rebelde, abrazó la ideología revolucionaria. Es la peruana que más destierros torturas y prisiones sufrió por obra de varias dictaduras latinoamericanas. José Carlos Mariátegui dice de ella, en Siete Ensayos: “Magda Portal es ya otro valor signo en el proceso de nuestra literatura… Le ha nacido al Perú su primera poetisa…”.

En 1929 asistió al nacimiento del Partido Aprista que creara Víctor Raúl Haya de la Torre en México, convirtiéndose así en LA PRIMERA mujer aprista. Compartió el exilio político en la acción antiimperialista. La lucha por la transformación requería la incorporación de la mujer y, por eso sus escritos y acciones estuvieron encaminados a la lucha por los derechos civiles de la mujer y por la igualdad con los del hombre.

Siendo creyente del proyecto aprista, terminaría renunciando, porque el partido estaba abandonando los postulados fundamentales sobre los cuales se había fundado. En 1948, en el segundo Congreso aprista, afloraron las tensiones. El novelista Ciro Alegría y otros militantes renunciaron en protesta por la orden de Haya de excluir a las compañeras del Comité Ejecutivo Nacional.

Magda tuvo la esperanza de que, tras una consulta con las bases apristas, habría un cambio en la conducción partidaria. Nada de eso ocurrió. Por el contrario, la nueva orientación quedó ratificada, lo que dio lugar a tales renuncias. Magda contaría así lo ocurrido: “Haya de la Torre dijo que había llegado a la conclusión que las mujeres, dado que en el Perú no votan, no pueden ser consideradas como auténticos miembros del Partido Aprista. Las mujeres sólo pueden ser simpatizantes. Fue entonces que levanté la voz y pedí la palabra¡. ‘No hay nada en debate’, dijo Haya de la Torre. Entonces, respondí: ¡Esto es fascismo! Sólo dos o tres compañeras me apoyaron. Me retiré y nunca volví … De una vez por todas, me retiré del partido”.

Tuve el honor de ser amiga de Magda Portal, allá por la década de los ochenta: momento en que las mujeres tomamos las calles para exigir nuestros derechos. Empezamos a escribir en revistas y magazines, fundamos revistas, librerías y cafeterías para mujeres. Eran días de grandes conquistas. Magda estuvo a nuestro lado. La evoco vivamente en la Convención Nacional de Mujeres, en el local de la Asociación Nacional de Escritores y Artistas del Perú (ANEA), cuando pronunció el discurso de inauguración “… La mujer esta despertando a la reivindicación de sus derechos …”. Recuerdo las pláticas del centro de Lima o en su casa de la calle Colina en Miraflores, en las que tomé conocimiento de que la ruptura de Magda con el APRA había sido para siempre.

He aquí el relato que una tarde me contó: “Tocaron a mi puerta, era una delegación de líderes apristas encabezados por Villanueva del Campo, me visitaban para pedirme que volviera a militar en las filas del partido. A lo que me opuse tenazmente. Le respondí: ‘Yo avanzo, nunca retrocedo’. Así que tuvieron que irse”.

Finalmente, estuve a su lado en su larga enfermedad en el Hospital Obrero. Tres mujeres nos turnábamos para acompañarla y leerle sus poemas. Lo hicimos hasta el último día en que estuvo lúcida. Sin embargo, hubo soledad e indolencia. Magda falleció el martes 11 de julio de 1989. Sus restos fueron traslados a la Casona de San Marcos, donde poetas, escritores y políticos le rindieron un póstumo homenaje, y estuvo escoltada por una permanente guardia de mujeres.

Cuando sus restos iban a ser cremados, me tocó despedir a la amiga y compañera que tanto quise, que me enseñó a compartir sueños y anhelos imborrables. Hasta que llegó el momento final. Un grupo de mujeres cargamos su féretro en nuestros hombros a su última morada. A la mañana siguiente, sus restos fueron esparcidos en las aguas del mar, frente a la tierra que la vio nacer, Barranco. La historia ha olvidado su obra y su contribución. Aún el Perú no le ha hecho justicia. Pero Magda será por siempre una mujer inolvidable. ]


Obreros volviendo a casa, por Edvard Munch



"la vida es de los felices"
amanece en todos los pregones callejeros-
rueda la mañana sobre el asfalto de
la tierra ululante y caliente

al extremo de la ciudad
los árboles saludan al obrero
con sus ramas estremecidas
por la alegría del viento vagabundo
el gran libertario

como un dolor sigue la sombra
la silueta del hombre
que desemboca en la ancha
puerta de la fábrica
allí - el humo acaecido en las máquinas
el gemido de las poleas
bajo la presión del pensamiento humano

balcones a la eternidad
los ojos siguen la labor constructora
i toda fábrica es una sola
maquinaria de empuje formidable
como un titánico organismo
que mueve el "motor maravilloso"
de los cerebros de 100 hombres unidos
el hermoso espectáculo del cerebro
i el músculo en acción!

el sudor les decora la cara
como otra sonrisa
que se tuesta en los labios apretados
de anhelo
la fábrica lo es todo:
la ESPERANZA i la CÁRCEL

Todos los días son MAÑANA
para el obrero que los lleva apretados
al corazon
como la imagen de la madre
LIBERTAD!
estandarte del Hombre!

el Sol espera la salida de la fábrica
desde el horizonte sus anchos brazos de luz
saludan el dolor del obrero
vencedor de la Vida

lunes, 14 de noviembre de 2011

CAMPOS SEMÁNTICOS (fragmento) por Gabriel Celaya

[Rafael Múgica, nombre real del poeta español, nació en Hernani, Guipúzcoa en 1911. Presionado por su padre, se radicó en Madrid donde inició sus estudios de Ingeniería y trabajó por un tiempo en la empresa familiar. Conoció allí a los poetas del 27 y a otros intelectuales que lo inclinaron hacia el campo de la literatura, dedicándose desde entonces por entero a la poesía. En 1947 fundó en San Sebastián, con su inseparable Amparo Gastón, la colección de poesía «Norte». Obtuvo en 1956 el Premio de la Crítica por su libro «De claro en claro», al que siguieron entre otros, «Plural» en 1935, «Cantos Íberos» en 1955, «Casi en prosa» en 1972, «Buenos días, buenas noches» en 1976 y «Penúltimos poemas» en 1982. En 1986 recibió el Premio Nacional de las Letras Españolas. Falleció en 1991.

(Tomado prestado de A media voz)]

"A pájaros"



"Los signos"



"Los espejos sin fondo"



"La muerte de Hoang-Ti"